jueves, 20 de octubre de 2011

Viaje a Pirineos 2011

El pasado día 13 de Octubre volvimos de nuestro viaje de Pirineos.

Ya? Eso es todo?

No, es cierto que volvimos, pero volvimos con algo que a veces no es fácil de conseguir. Volvimos con un montón de amigos.

Cuando preparas un viaje, conlleva mucho tiempo de organización, primero decidir la ruta, después buscar alojamiento que pueda soportar un grupo grande, reservar billetes, confeccionar un dossier para entregar a cada participante para que sepa a dónde va a ir, introducir la ruta en el GPS con todo detalle.

Dentro de un viaje hay un montón de incertidumbres, si la ruta estará al nivel y a gusto para todos, si los hoteles serán los suficientemente confortables, el clima, y sobre todo el grupo.
Un grupo de gente que viaja en moto, aunque comparta una afición, no tiene por que compartir infinidad de aspectos que se dan en un viaje en grupo. En este caso concreto se daba que la mayoría de gente asistente no se conocía. Nosotros como organizadores conocíamos a algunos, muchos de ellos de vista, pero no a todos.

En este viaje se ha dado algo que rara vez se da, que es un compañerismo sincero, gente con ganas de pasarlo bien junto a los que le rodeaban. Un grupo de gente con una gran calidad humana que ha sido capaz de sacrificar sus preferencias personales por el bienestar del grupo. Sinceramente desearía que todos nuestros viajes nos dejaran tan buen sabor de boca en este sentido.

Hemos podido circular por sitios preciosos de nuestra geografía y carreteras increíbles. En mi caso me he quedado maravillado con los colores vistos en el valle del Roncal, un valle con verdes, ocres y pardos dignos de la obra del mejor pintor de paisajes.
A partir de ahora, cada vez que piense en el otoño, me volverá la imagen de ese valle con sus colores.

También hubo puertos de montaña como el Col d'Orgambidé y el puerto de Larrau. Bosques como el de Irati, que nos transportaron a ambientes de otro tiempo, lejos de la civilización donde parece que el tiempo se detiene.

Pudimos degustar los famosos pintxos de San Sebastián y de Pamplona, caminar por las calles tranquilamente  dialogando con sus gentes.

También cabe destacar que este viaje tuvo una nota cultural ya que pudimos visitar monumentos históricos como el castillo de Loarre, la ciudad medieval de Olite, la plaza de Aínsa, y pasar varios días en la localidad de Sos del Rey Católico, lugar de nacimiento de un personaje trascendente en la historia de España.

Por todo ello quiero daros las gracias de todo corazón a todos los que viajasteis con nosotros por hacer que un viaje de trabajo se convierta en un viaje de placer.

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