domingo, 31 de julio de 2011

Hoy estoy en el otro lado.

Ya estamos en Chateauroux, Francia. La estapa de hoy ha sido una de esas de enlace, mucha autopista, muchas horas encima de la moto y parar poco. Menos mal que hemos ido desde Barcelona hasta Puigcerdá por Manresa y el tunel del Cadí, por lo que hemos hecho algo de carreteras con paisajes espectaculares que han roto la monotonía de la aburrida autopista. Con esto no quiero decir que haya sido un día para olvidar, por que a los que nos gusta viajar en moto preferimos un día asi frente a una jornada laboral triste y monótona. Suerte que también nos ha acmpañado un tiempo fabuloso. Lo mejor de todo es que pronto empieza lo bueno por que nos vamos a Escocia!!!
Somos cuatro viajeros en total, cada uno con su moto, que hace mucho más atractivo este viaje ya que hace que todo sea mucho más dinámico y familiar. Somos cuatro amigos.

Hoy, durante todo el tiempo que he tenido para pensar encima de la moto, me he acordado de lo intensamente que vivía yo de pequeño los momentos anteriores a un viaje. Por suerte en mi familia tuvimos oportunidad de ir a menudo de viaje, me pasaba un par de días antes de la partida muy nervioso ya que me hacía mucha ilusión cada unos de los viajes a los que fui. La emoción era tal que recuerdo pasar la noche dando vueltas en la cama, sin poder dormir. Si al final tenía la suerte de dormir algo, soñaba las mil formas posibles de perder el avión o cualquier excusa para perderme el viaje. Eso generaba en mi una tensión que pagaba muy cara los primeros días de viaje en forma de fiebre, o malestar. Todo era producto de los nervios.

Años más tarde, en la adolescencia, supe con toda seguridad que me apasionaba el mundo de la moto. Mi problema fue que no pude acceder a una motocicleta hasta cumplidos los dieciocho años por imposición familiar. Recuerdo hace muchos años ver un grupo de moteros con todos los bártulos atados de cualquier manera sobre sus deportivas para ir al Gran Premio de Jerez. Esto fue un mazazo para mí ya que nunca había caido en la cuenta de que podía hacer coincidir mis dos grandes pasiones que eran las motos y el viajar. A partir de ese momento tuve claro que quería irme de viaje en moto en cuanto fuera posible, pero sólo pensaba en Jerez ya que no se me ocurría otro destino más motero, donde me pudiera sentir en mi salsa y sobre todo compartirlo con mis amigos. Sentía que había una barrera que deseaba cruzar a toda costa.

Unas veces por que no cuadraba, otras por que mis amigos no podían , otras por falta de dinero, al final pasaron bastantes años hasta que pude cumplir mi sueño. Y todos esos años de espera, que si lo pienso bien no fueron tantos pero se me hicieron muy largos, se me pasaba por la cabeza la frase "Llegará el día que me pueda ir de viaje en moto?"

Por suerte este no es mi primer viaje en moto, he podido hacer unos cuantos ya que como ya he aprendido a lo largo de estos años, si deseas mucho una cosa, tarde o temprano llega.

Hoy, saliendo de Barcelona, al pagar el peaje de los Túneles de Vallvidriera me ha pasado una anécdota. Me ha atendido una chica y al vernos a los cuatro equipados sobre nuestras motos me ha preguntado:
-Qué, os vais a pasar el Domingo en moto?
Mi respuesta ha sido:
- Bueno, nos vamos a dar una vuelta un poco larga.
- Jolines, es que yo soy motera y hoy Domingo me toca trabajar. Para dónde vais?
- Bastante al norte.
- Hacia Andorra?
Yo he respondido:
- No, nos vamos a Escocia!

La cara de la chica ha sido un poema, con una mezcla de un poco de ilusión y mucha envidia. Me ha sabido mal haberle causado ese efecto pero es que hoy me ha tocado a mí estar en el otro lado.

Carlos Llabrés
IMM Rent and Tours

No hay comentarios:

Publicar un comentario